Casetas peluches warner

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Ositos & Co, la empresa que hace casi dos años sacaron al mercado sus oseznos de gominola con alcohol, asegura que no dejará de generarlos más allá de las presiones de Haribo, el enorme alemán que exige la producción única de este tipo de gominolas. Con el paso de los tiempos los oseznos de gominola se han convertido en un producto característico del mundo entero y en uno de esos dulces a los que nadie se puede soportar. Ya sea que comamos un osito o 2 oseznos como ocurría en el momento en que se vendían en paquetes pequeños o que comamos un buen puñado como pasa en este momento que tenemos la posibilidad de comprar packs de 1 kilo, la alegría en quien diviértete con estas gominolas es clara. Los oseznos de gominola, a los que asimismo se conoce como ositos de goma, son una de las chuches más destacables de la historia y asimismo una de las más antiguas. Su origen data del año 1922, en el que un alemán tuvo la concept de crear los ositos de gominola con goma arábiga inspirándose en los osos que animaban y divertían a los niños en las ferias que se organizaban en las calles de su país.

La segunda parte de la exposición se centra en la fecunda obra de Antonio Santurrones que, como otros artistas contemporáneos, encuentra en el arte ingenuo la naturalidad y la singularidad perdida en un mundo cada vez más complejo y globalizado. Aquí se recogen seventy five proyectos que prueban la conciliación entre la perfección de lo culto y lo well-liked, utilizando distintas técnicas artworkísticas. Su compilación se compone de más de tres mil proyectos y elementos de excepcional rareza que engloban cronológicamente desde la Baja Edad Media hasta nuestros días y que fueron completados por artistas o bien por autores anónimos y pequeños profesores. ‘Miradas ingenuas’ son dos cuentos expositivos, con la aportación de textos poéticos que acompañan al relato expositivo del escritor Carlos Grassa Toro y con guiños puntuales que los entrelazan. Son tan solo señales que acentúan la atmósfera común que une el ‘La vida en el juego’, compuesta por elementos de la Compilación Santurrones Lloro, y ‘El juego de la vida’, con proyectos de Antonio Santurrones.